La Real Academia Española de la Lengua define la palabra mito en una de sus acepciones como una historia ficticia o personaje literario o artístico que encarna algún aspecto universal de la condición humana. Y podemos acuñar el término mito identificador como aquella historia que las personas y las comunidades se cuentan a sí mismas para fundamentar su existencia y legitimar su pertenencia a un sitio concreto. Parte de lo real pero puede exagerarse, aunque eso realmente no importa.
Piensa en la Revolución Francesa para los franceses, Jesús muriendo en la cruz para los cristianos, la lucha entre vaqueros e indios para la constitución de Estados Unidos o el intento de golpe de Estado de Tejero para la democracia española. La historia funciona, legitima a una comunidad y son un buen recurso del que tirar cuando un cineasta se ha quedado sin ideas para su próxima película.
Ahora bien, ¿qué ocurre cuando ese mito identificador se sostiene sobre una falsedad? ¿qué supondría para toda una comunidad descubrir que su cultura, su sistema de creencias, su vida, se ha construido sobre una mentira? Este es uno de los conflictos que plantea Pentiment.
SPOILERS A CONTINUACIÓN
En el point and clic de 2022 desarrollado por Obsidian Entertainment, uno de los personajes de la historia (un cura) sufre tal delirio tras descubrir que el origen de Tassing -el pueblo ficticio alpino del siglo XVI donde transcurre el juego- es pagano, que opta por llevarse por delante a todo aquel que accidentalmente pueda descubrir este hecho. Un mito identificador que origina un caos.
La historia de Pentiment transcurre a lo largo de unas quince horas repartidas en tres actos principales, con par de tramas secundarias, cliffhangers y algún que otro mini juego. Muy recomendado para los amantes de la lectura, la historia europea y las pequeñas conspiraciones del día a día.
Imagen de encabezado: Captura de Pentiment. Obsidian Entertainment / Xbox Game Studios.